Estamos alojados en una residencia estudiantil en la que ni sobra ni falta nada para que el estudiante universitario cumpla con sus estudios. Hay internet, sala de juego, sala de TV y los jugadores están agrupados en habitaciones dobles. El personal del comedor se esmera y la comida es de buena calidad y abundante. El grupo se está adaptando a las reglas impuestas y todos se acostaron temprano para tener energía suficiente para los dos juegos que tocan el viernes.
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